El diseño de esta sala es el ideal para llevar a cabo jornadas de formación para los empleados o reuniones algo más multitudinarias. Una de sus mayores virtudes es la luminosidad con la que cuenta al dejar pasar toda la luz natural de la zona a través de unos grandes ventanales que forman una pared entera. Así, la sensación de amplitud se duplica al deshacer esa habitación rectangular y aumentar la profundidad con las vistas al exterior. Es importante señalar que desde la propia calle lo único que se ve es el reflejo de los cristales, ya que estos ventanales funcionan como espejo desde fuera y no es posible vislumbrar lo que está sucediendo en la sala de formación.